Cuando Julio se acercaba a su fin, un año más, llego el día de Santa Ana.
A media mañana comenzaron los preparativos, con los bocadillos que por la tarde se iban a repartir. Muy organizados, unos cortaban el pan. Otros los rellenaban con el jamón y otros lo envolvían. Gracias a ese grupo de voluntarios la tarea se acabó en seguida.
A medida que la tarde avanzaba y tras la pertinente siesta para algunos, empezó la gente a subir hacia la ermita. La gente con algún impedimento físico, en el transporte que se pone para estos fines. Pero como este año estaba un poco limitado el número de plazas, hubo gente que con calma, a su ritmo, inició el ascenso a la sombra de un cielo cubierto con un amenazador color gris.
A las 6 comenzó la misa en la iglesia del pueblo, saliendo a las 6.30 la Virgen en romería. Este año se notó que había más caminantes al lado de Santa Ana. Se caminó a ritmo suave, haciendo constantes paradas para que todos pudiesen subir sin llegar a la cima sin resuello. Y con constantes relevos en el porte de la imagen, que permitió que fuesen muchos los que colaboraron en la subida de la Santa.
Los dulzaineros empezaron tocar y unos pocos se animaron a bailar. Pero la mayoría recogió y comenzó la marcha sin entretenerse mucho Y es que unas nubes negras cubrían el cielo de todo el valle.
Los más rezagados bajaron con calma y casi finalizando el descenso, comenzaron a caer las gotas. Se aceleró el ritmo para llegar cuanto antes al pueblo. Pero el chaparrón veraniego hizo que más de uno llegase bastante mojado a casa.
Agradecer una vez más a todos aquellos que han colaborado para que esta romería se haya llevado a cabo. Sin la ayuda de toda esa gente no se podría celebrar.
Y por último, invitar a todos el próximo 26 de Julio para acompañar a nuestra Santa hacia su ermita. ¡Os esperamos a todos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario