sábado, 20 de octubre de 2012

El día de San Isidro, visto por Angel-Lázaro



 
De nuevo acudimos a la cita anual con este santo Patrón de los campos que es San Isidro Labrador. Y lo hacemos el día en que se celebra su festividad, esto es, el 15 de mayo, en esta ocasión un martes laborable de la semana, lo que no es óbice para que le honremos como es debido.
La jornada comienza con la celebración de la misa para, una vez finalizada ésta, proceder a la tradicional bendición de los campos, en esta ocasión a cargo del religioso agustino de La Cándana que, en ocasiones, echa una mano a los atareados curas que por estas latitudes se vienen ocupando de los oficios religiosos.
            A su finalización, y hasta la hora en que nos juntemos para comer, como viene siendo tradición, pasará algún tiempo. Cada cual dispondrá de él a su libre albedrío, si bien aún habrá que disponer los últimos retoques a fin de que todo esté dispuesto para la cita gastronómica. 
           Con anterioridad a este día se ha procedido a limpiar la nave, disponer los bancos e instalar las carpas en la parte exterior. Así pues, todo preparado, a punto.
 

 


Tenemos un día hermoso. Luce un sol espléndido, lo que nos permite disfrutar de una jornada primaveral como pocas veces por estas fechas, y así permanecerá hasta que demos por concluída la fiesta.

 
    Bueno, pues ya se van acercando los parroquianos a la nave del pueblo en la que nos han citado a las 2,30 h. de mediodía. 
        Nos vamos sentando y disponiendo para atacar esa suculenta paella que tanto promete, bien aderezada y primorosamente preparada por esos excelentes cocineros que tan gustosamente se ofrecen para tal menester, ayudados en todo momento por un grupo de féminas que vigilan con detalle su cocción y desarrollo al tiempo que van añadiendo toda esa suerte de ingredientes y productos que la hacen… sencillamente exquisita. 
          El segundo plato consistirá en filetes de pechuga de pollo, tiernos y riquísimos ellos. Y todo este menú irá acompañado ¡cómo no! de ensaladas, bebidas y abundantes postres. Nada falta, la verdad, pues de sobra conocemos la proverbial generosidad de nuestra Junta Vecinal.

             Los voluntarios camareros degustarán la comida en una de las carpas del exterior, una vez que todos los asistentes estén servidos. Al final resulta que en este día nos hemos juntado 70 comensales, incluída una pequeña invitada de unos 4 añitos, ¡qué lujo!. También nos acompañó al ágape uno de los sacerdotes que se ocupan de la feligresía de esta nuestra pequeña comunidad.
            Después ya, finalizada la comida, el ritual acostumbrado: recogida de platos, fuentes, cacharros y otros utensilios para el fregoteo, lo que permitirá dejar libres las mesas para jugar las tradicionales partidas de cartas mientras tomamos alguna bebida de sobremesa y compartimos tiempo, charlas y bromas hasta que demos por finalizada esta gran jornada en que nos hemos reunido para festejar la festividad de San Isidro deseando, eso sí, poder seguir celebrándola el próximo año. ¡Y también los siguientes!

No hay comentarios:

Publicar un comentario