sábado, 20 de octubre de 2012

La Romería de Santa Ana, por Mª José López Díez



 

Cuando Julio se acercaba a su fin, un año más, llego el día de Santa Ana. 
A media mañana comenzaron los preparativos, con los bocadillos que por la  tarde se iban a repartir. Muy organizados, unos cortaban el pan. Otros los rellenaban con el jamón y otros lo envolvían. Gracias a ese grupo de voluntarios la tarea se acabó en seguida.

 A medida que  la tarde avanzaba y tras la pertinente siesta para algunos, empezó la gente a subir hacia la ermita. La gente con algún impedimento físico, en el transporte que se pone para estos fines. Pero como este año estaba un poco limitado el número de plazas, hubo gente que con calma, a su ritmo, inició el ascenso a la sombra de un cielo cubierto con un amenazador color gris.
 
A las 6 comenzó la misa en la iglesia del pueblo, saliendo a las 6.30 la Virgen en romería. Este año se notó que había más caminantes al lado de Santa Ana. Se caminó a ritmo suave, haciendo constantes paradas para que todos pudiesen subir sin llegar a la cima sin resuello. Y con constantes relevos en el porte de la imagen, que permitió que fuesen muchos los que colaboraron en la subida de la Santa.

 

Ya arriba, ante la mirada  de un nutrido grupo de gente la imagen entró en la ermita para oficiarse la misa en una abarrotada iglesia. Concluida ésta, en seguida se organizó una gran cola para recibir el bocadillo y el agua, que con el esfuerzo de la subida había que reponer fuerzas. La gente se fue acomodando bajo encinas y robles. Algunos acompañaron  con sus viandas el bocadillo de jamón. Y todos a merendar. Unos te ofrecían  empanada, el otro te daba a probar la tortilla. Y los más detallistas  hasta habían traído postre. No faltaba detalle.

Los dulzaineros empezaron  tocar y unos pocos se animaron a bailar. Pero la mayoría recogió y comenzó la marcha sin entretenerse mucho Y es que unas nubes negras cubrían el cielo de todo el valle.
Los más rezagados bajaron con calma y casi finalizando el descenso, comenzaron a caer las gotas. Se aceleró el ritmo para llegar cuanto antes al pueblo. Pero el chaparrón veraniego hizo que más de uno llegase bastante mojado a casa.

Agradecer una vez más a todos aquellos que han colaborado para que esta romería se haya llevado a cabo. Sin la ayuda de toda esa gente no se podría celebrar.
 
Y por último, invitar a todos el próximo 26 de Julio para acompañar a nuestra Santa hacia su ermita. ¡Os esperamos a todos!

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